2017, año que nos abrazó
diciembre 30, 2017
En el andar de la familia Musarteti queremos hacer una pausa antes de terminar el año, para darnos el tiempo de mirar un poco hacía atrás y compartir con... ...
Quisiera compartir una breve introducción acerca de por qué decidí leer este libro –La Visión de los Vencidos de Miguel León Portilla-: tuve este magnífico encuentro histórico gracias a un maestro muy sabio que conocí durante los cursos a los que asistí durante cuatro meses para entrar a la universidad. Ahí, este docente nos aconsejaba acerca de la importancia que tenía leer y enriquecer nuestro acervo de libros, es por eso que, dando continuidad a su consejo, nos hizo acreedores a una lista de éstos. Entre ellos se encontraban El Discurso del Método y Meditaciones Metafísicas de René Descartes y la Ilíada y la Odisea de Homero. Entre los tantos libros que dicho maestro nos recomendó se encontraba el libro de Miguel León Portilla, La Visión de los Vencidos, un libro que llamó mucho mi atención y que en cuanto tuve la oportunidad de comprar, no dudé dos veces en hacerlo, a continuación narraré por qué.
Este es un texto de tipo histórico del autor Miguel León Portilla de la editorial de la Universidad Nacional Autónoma de México, un libro que cuenta con 312 páginas que narra desde la llegada de los mexicas al Valle de México hasta la conquista del imperio México-Tenochtitlan. Este relato de acontecimientos es posible gracias al interés de los mexicas por la historia. Esto se ve reflejado en sus códices y calendarios, en los que registraban todos los eventos importantes que sucedían, etiquetándolos con un día y un mes específico. Todos estos textos fueron recuperados por personas que en aquel tiempo consideraron imprescindible por conservar, como son monarcas y frailes que pensaron que la riqueza de esas tierras no solo estaba en su oro, sino en la cultura, costumbres e historias de las personas que ahí habitaban.
La selección y notas de estos textos, así como la introducción la realiza Miguel León Portilla, la versión de los textos nahuas las hacen Ángel María Garibay K y Miguel León Portilla y las ilustraciones de los códices las realizó Alberto Beltrán, que para mí fue uno de los detalles más emocionantes y llamativos que posee este libro, las recreaciones de las ilustraciones que están en los códices.
Este fue un libro que yo disfruté muchísimo y considero que otras personas también lo harían, ya que invita a conocer este lado misterioso del que casi nunca se comenta, lo que en realidad vivieron en carne propia las personas que habitaban en México-Tenochtitlan a la llegada de Cortés. Todo el tiempo, las narraciones que hacen los mexicas tienen una descripción épica, que permite al lector esta emoción por leer otro capítulo. Además las ilustraciones que se son presentadas permiten tener una idea de cómo los mexicas tenían como extraños a los españoles, con sus bergantines, cañones y armaduras. Esto claramente se aprecia en la descripción inicial de los mexicas a los caballos, llamándolos unos “como venados muy grandes”, ya que nunca los habían visto. Otro de los detalles por los cuales recomendaría a las personas leer este libro es por el capítulo que posee los cantares tristes de la conquista o icnocuícatl. En dichos cantares es posible apreciar como los mexicas se sentían por la derrota de su gran imperio, de las riquezas que perdieron, de las doncellas y príncipes que fueron asesinados y de las tierras de las que fueron despojados. Además del capítulo llamado Tlaxcatelcáyotl, que narra una visión propia de los tlaxcaltecas acerca de la conquista.
Considero que todos los mexicanos deberían de tener la oportunidad de acercarse a este libro para conocer esta parte de su identidad cultural, que define actualmente el México que tienen. Quizá a lo largo de este texto, se caiga en una postura de resentimiento por lo acontecido, pienso que como todos los procesos históricos, era necesario que estos eventos sucedieran para que dieran paso a nuevas historias, y en definitiva, el México que se conoce hoy en día sería otra cosa, ya que este encuentro permitió el intercambio de tecnologías y conocimientos que en ese tiempo se desconocían. Retomo la postura de Miguel León Portilla al detallar como grandes historiadores mexicas se encargaron de conservar y relatar dichos acontecimientos tan trágicos para sus pueblos, ya que lejos de sentir un resentimiento por lo acaecido, son capaces de recordar sus orígenes y la gran aportación cultural que tuvo su gente en la historia del país y de lo que son herederos los mexicanos contemporáneos.
Por último, recupero uno de los poemas más bellos que he tenido oportunidad de leer, llamado Necesitamos caminar solos, del poeta Natalio Hernández Xocoyotzin, originario de Naranja Dulce, Veracruz, expresa en su bello escrito cómo se ha tomado a los indígenas por desvalorados, pequeños y oprimidos, víctimas de una historia trágica y terrible, pero éste, a diferencia de los demás, dice que son personas que forman parte de la identidad cultural de México, personas que tienen deseos e intereses también y que vemos a diario en las calles. No desprestigia a los indígenas ni tampoco a las personas que no se identifican como tal, sino que los une como hermanos habitantes de un mismo espacio y compañeros que se valoran por su cualidad humana sin una diferencia racial.
En conclusión, este es un libro de gran interés actual, que unifica para conocer las personas que habitan en el México vigente, las costumbres y tradiciones de las cuales son herederos y la gran cantidad de retazos y colores que forman las personas que ahí viven, que hace que ésta sea una nación que destaca por sus personas y la historia que más que definirla, invita a un constante proceso de introspección acerca de quiénes son los mexicanos.
Iván Sanchez Mora
Amigo y colaborador de MUSARTETI